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Por Guadalupe Balderas Cisneros
“Los árboles tienen raíces; los
hombres y las mujeres, piernas. Y con ellas cruzan la barrera de la estulticia
delimitada con alambradas, que son las fronteras; con ellas visitan y en ellas
habitan entre el resto de la humanidad en calidad de invitados “(Steiner 2011,
76).
El
éxodo masivo de centroamericanos en busca del sueño americano es una lamentable realidad,
que vivimos actualmente; la violencia, la falta de oportunidades y la represión
e incapacidad de los gobiernos de la región central de nuestro continente, es
sin duda el detonador que impulsa a miles de personas que buscan
condiciones que los hagan merecedores a gozar de una vida digna.
Como
lo han documentado ampliamente los medios de comunicación, el éxodo masivo de hondureños
inició en San Pedro Sula,ubicado en el norte de Honduras, el pasado 13 de
octubre, atravesaron Guatemala para ingresar por la frontera sur a territorio
mexicano. Por testimonios de los inmigrantes se sabe que huyen de la violencia
que generan principalmente las pandillas de "maras", de la pobreza y del
desempleo, sin olvidar la represión sistemática que les inflige su gobierno.
Su
meta es llegar a los Estados Unidos,algunos no lograran su objetivo y
regresaran a su país de origen vencidos por el cansancio y el miedo a lo
desconocido, otros se quedarán en suelo mexicano buscando mejorar su situación.
México
al ser un país de paso hacia lo que consideran la tierra de las oportunidades,
Estados Unidos, se ha colocado como el foco de atención mediático tanto por las
presiones del presidente Donald Trump, como por la posición errática del
gobierno de Enrique Peña ante la ola de inmigrantes que ya transitan por
nuestro territorio.
El tránsito
de las caravanas de inmigrantes plantea para México desafíos tanto en lo económico,
social y político,como en el aspecto de los derechos humanos, y expone una
realidad que conlleva las migraciones que se han generado en este siglo XXI, el
resurgimiento acendrado de la discriminación y xenofobia por parte de los
ciudadanos que sienten vulnerados en sus condiciones de vida por el paso de los
inmigrantes. Bastaría con asomarse a las redes sociales para ver la magnitud de
este problema.
El
gobierno actual enfrenta una problemática que de no darle una salida con apego
a los tratados y principios de derecho internacional y de respeto a los
derechos humanos, podría derivar en situaciones que pongan en riesgo su
precario entendimiento con el gobierno estadounidense, pero sobre todo generar
un foco rojo que sin duda se convertirá en una papa caliente para el próximo
gobierno federal.
En
México la Constitución Política señala en su artículo 1°: En los Estados Unidos Mexicanos todas las
personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en
los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como
de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni
suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución
establece.¿Estará México en condiciones de ofrecer esa garantía a quienes por
necesidad buscan un camino que les ofrezca un mejor futuro?
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